martes, 6 de noviembre de 2012

Declárate en bendición.


Declárate en bendición.
Es tiempo que cambies tu forma de pensar, tu forma de actuar. Si quieres ver cambios en tu vida, vas a tener que cambiar. Este es momento de actuar y no de quedarte quieto(a). En tus palabras hay un poder grande que tu estas ignorando. Lo que tú hablas por tu boca es lo que regresará hacia ti y es lo que veras. DIOS nos pide que bendigamos a nuestros enemigos. Podemos entender con esto, que DIOS sabe que es fácil bendecir a los que amamos y no así con los que no amamos, y esto es cierto. Pero también es cierto que si bendecimos tanto a los que amamos como a nuestros enemigos seremos bendecidos nosotros también. En nuestra lengua se encuentra el poder de la vida y la muerte, la restauración y la destrucción esto está en Proverbios 18:20-21 y Santiago 3:3-11;
Proverbios 18:20-21
18:20 Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre;
Se saciará del producto de sus labios.
18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua,
Y el que la ama comerá de sus frutos.
Santiago 3:3-11
3:3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
3:4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
3:5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!
3:6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
3:7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;
3:8 pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
3:9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
3:10 De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
3:11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
Así que mis hermanos cambiemos nuestra forma de pensar, hablar y actuar. Declaremos bendición tanto a los que queremos como a los que no queremos y recibiremos hacia atrás lo mismo que salió por nuestra boda. Declárate en bendición. DIOS, te amo.



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