martes, 29 de enero de 2013

La verdadera fe.


La verdadera fe.
¿Sabes lo que es la verdadera fe? Voy a traerte una parte del testimonio de Kenneth Hagin creador del Ministerio Rema. Este es parte de su testimonio;
El entendió TOTALMENTE que : Nunca había hecho esto.
Quería verme sano primero y entonces creerlo. Entonces, no hay para qué creer, porque ya se sabe. Al momento vi lo que había hecho.
Tantos meses había esperado recibir mi sanidad y no resultó. Si sigue usted la Palabra y el Espíritu Santo, hará algunas cosas automáticamente. En esta ocasión podía usar las manos más que en otras. Inmediatamente alcé las manos, sin que nadie me lo indicara y sin saber por qué. Alcé las manos echado a lo largo de la cama, y dije: "Padre Celestial, amado Señor Jesús, gracias a Dios soy sanado. Creo que soy sanado".
Ya lo tenía en el presente.
Ya me servía a mí. ¡La fe es ahora! Fe es en tiempo presente. Si no es ahora, no es fe. Me estaba beneficiando en ese momento. Si espero que voy a recibir mi salud, esto no es tiempo presente, no es fe.
"Gracias amado Señor Jesús," yo dije, "por mi salud". Creo que mi corazón está sano. Creo que la parálisis está curada. Te doy gracias por la sanidad de mi cuerpo".
Pasé algún tiempo agradeciendo al Señor porque mi corazón estaba sano, mi cuerpo sanado.
Pero casi en ese mismo instante Satanás me desafió. Sí, inmediatamente me dijo: "Qué espectáculo eres ahora. Tú, un creyente, y ahora resultas un mentiroso". El diablo suele negar que haya infierno o lago de fuego, pero me dijo: "¿No sabes que la Biblia dice que todos los mentirosos tendrán su parte en el lago de fuego y azufre?"
"Sí" contesté "sé eso, diablo, pero no mentí". Supe que era el diablo porque toda duda o desaliento es del enemigo.
"Sí, mentiste. Dijiste que estabas sanado y no lo estás. Examina tu corazón".
Inconscientemente me toqué el pecho y luego le di un golpe a Satanás y dije: "Oye diablo, no dije que me sentía sanado. Eso sería mentira, porque no me siento sanado. No dije que se ve que estoy sanado.
Eso sería también mentira. No dije nada sobre mi aspecto o sobre mis sentidos. Dije que creo que estoy sano, que estoy sano, y que recibo la contestación de mi oración, y si tú dices que no lo creo, mientes. Eres mentiroso, según lo que ha dicho Jesús. Jesucristo, el Hijo de Dios, cuando estaba en la tierra dijo según Marcos 11:24: “Todo lo que pidieres orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Jesús lo dijo, y lo que El dijo es verdad; creo eso.  Sí, lo creo, lo tendré.  Lo creo ahora.  Si quieres discutir y argüir, ve a Jesús. No fui yo quien lo dijo, Él lo dijo". Se calló y yo volví a ocuparme en alabar a Dios y en darle las gracias por contestarme.
Después de un rato, oí dentro de mí, en el corazón o en el espíritu, estas palabras: "Crees que estás sanado. Pero los sanados, los sanos, no tienen por qué estar en cama. Necesitan estar en pie".
"Es verdad", yo dije. "Por cierto es verdad. Sí, Señor, es verdad. Voy a levantarme. Gloria a Dios, voy a levantarme".
Creía, pero la fe se apropia; creer es dar el paso, y uno tiene que dar los pasos.
  • Tengo que decir que no tenía mejor aspecto.
  • No me sentía mejor.
  • No sentía nada desde la cintura para abajo.
  • Con las manos me esforcé hasta sentarme, empujé mis piernas y mis pies de la cama, torcí el cuerpo hasta que mis pies dieron contra el suelo como dos pedazos de palo. 
  • No podía sentirlos pero podía verlos.
  • El diablo se entremetía, insistente, metiendo pensamientos en mi cabeza como balas de un mortero: "No puedes andar y lo sabes. No estás sanado y lo sabes.
  • Estás mintiendo, y caerás aquí y yacerás en el suelo.
  • Sabes que no hace 30 días desde que caíste de la cama y tuviste que quedarte en el suelo hasta que tu hermano mayor vino y te alzó y te puso en la cama, porque tu abuela es anciana y tu madre enfermiza, y no pueden alzar ni tus 40 kilos.
  • Ninguno de los vecinos está y tu hermana se ha mudado. Tendrás que quedarte en el suelo hasta las cinco de la tarde, hasta que el abuelo llegue de su trabajo; entonces te pondrá en la cama".
La mejor arma contra el diablo es negarse a prestarle atención.
Me puse como sordo, como si sus palabras cayeran sobre el aire. Me agarré del poste de la cama con los brazos, dejando que las rodillas se doblaran.
Alcé una mano un poquito y dije: "Gracias a Dios, estoy sanado. Quiero declarar en la presencia de Dios Todopoderoso, y del Señor Jesucristo, y de los ángeles del cielo, en la presencia del diablo y de los espíritus malos que la Palabra de Dios es verdad, y yo creo que estoy sanado. Lo creo".
El cuarto parecía dar vueltas porque hacía 16 meses que yo estaba en cama. El suelo, el techo, los muebles giraban. Cerré los ojos y continué abrazado al poste de la cama. Cuando me parecía que las cosas ya no giraban, abrí los ojos y dije de nuevo: "Gracias a Dios, según la Palabra estoy sanado". Lo creí y sentí algo. El sentir me vino como una miel tibia derramada en mi cabeza. Comenzó en la corona y corrió abajo en mi cuerpo. Cuando llegó a la cintura siguió hasta la punta de los dedos de los pies. Todos los nervios de las piernas entraron en acción, y el sentí como si dos millones de alfileres me hincaran. Quise llorar pero me sentía demasiado feliz. ¡Tanto tiempo sin sentir nada!  Aguanté hasta que pasó y me sentí normal. Nada de parálisis. Dije: "Voy a andar ahora". Lo hice y he seguido andando.
Hermanos aquí esta su testimonio. ¿Sabes lo que es fe ahora? No creas porque vez, porque crees es que vas a ver. DIOS, te amo.


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