Cuando mi pueblo ora.
Hay una cosa que el SEÑOR agradece y es cuando vamos en oración. Cuando vamos humillamos y delante de EL y oramos. En ese momento es donde las cadenas se rompen, el yugo se quiebra y eres libertado. Y aun más cuando hay un pueblo que se humilla y ora. Suceden las cosas maravillosas. Tomemos la iniciativa y vallamos delante del DIOS ETERNO y oremos para que las cadenas que nos atan sean rotas en el nombre de JESUS amen.
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